Camila Orozco

En el nombre del cuerpo

(Vídeo - Fotografía)

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Lo divino, lo cósmico y lo humano han constituido el hábitat natural de nuestra especie. Religión, ciencia y política son las tres esferas principales de la vida humana, donde ha radicado su búsqueda por la libertad y el conocimiento. Esta búsqueda se ha desviado; hemos creado un sistema artificial donde el humano se siente perdido y olvidado sin una relación con lo divino, con lo natural o con lo mismamente humano. A lo largo de esta búsqueda hemos castigado y maltratado nuestro instrumento principal: nuestro cuerpo. Lo hemos apartado, alimentando una dualidad fatídica, cuerpo/alma, hombre/naturaleza, femenino/masculino. Hay un destierro del cuerpo y al volver a él volvemos a la real experiencia humana. Este viaje explora el cuerpo como espacio intercultural donde la vida sucede. El cuerpo como organismo vivo, como herramienta de percepción y conocimiento que nos vincula a la vida y sus misterios. El cuerpo no es un accidente humano; es la misma sustancia de la forma humana. No puedo poseerlo sino usarlo como herramienta de conocimiento y liberación, así como de sintonía y comprensión de lo humano que me rodea, de lo natural que me sostiene. Cuerpo como conciencia primordial anterior a cualquier concepto, cuerpo como vínculo y pedazo de la tierra. En su movimiento un latido que en la tierra vibra y se corresponde, en su acallado y violentado silencio una cadena de existencias que se rompen en el olvido. Cuerpo como organismo que mantiene el espectáculo de la vida constantemente vivo.

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